viernes, febrero 26, 2016

Igor Paskual, pura clase

Recuerdo haber visto a Babylon Chat hace 16 años, cuando acababan de editar su fabuloso Hotel Adicción. Al poco de haber comenzado el concierto, un entregado Igor Paskual sufrió un accidente con una botella, que le produjo un profundo corte en su mano derecha. Lejos de retirarse, Igor le echó coraje y continuó con el concierto.

A medida que el concierto avanzaba, la sangre iba manando y terminó impregnando todo el cuerpo de su guitarra. Cada golpe de su mano se traducía en un rictus de dolor en su rostro. Pero el concierto y la fiesta continuaron hasta el final. Ese día pensé que sin duda Igor Paskual era un artista comprometido y que ojalá llegará lejos.

La historia de Babylon Chat se acabó, pero afortunadamente Igor encontró un hueco en la música profesional como acompañante de lujo de un asentado artista. Igor aprovecha esa posición para, de vez en cuando, regalarnos un nuevo disco, una gira propia o un artículo de prensa.

Ayer pudimos asistir a un extraordinario concierto de Igor Paskual en la Caja Negra del Kafe Antzoki bilbaíno. Un verdadero lujo disfrutar de un concierto de rock canalla en un recinto pensado para muy pocas personas. Un par de cientos a lo sumo.

No voy a mantener la tensión del relato. El concierto fue impresionante. Creo que a día de hoy será difícil encontrar un personaje más entregado en la escena del rock estatal. Y un concierto con más actitud, más clase y más rock.

Las canciones de Igor Paskual no son perfectas, aunque claramente ganan con el directo. Sus letras están llenas de buenas ideas, pero no son redondas. Su voz no es excelente, pero lo suple con entrega y ese falsete peculiar que puede virar en un potente aullido en cualquier momento.

Igor es un dandy, tiene clase, es culto, se cree su personaje y se nota que trabaja duro para que la impostura del artista parezca real. La mezcla de su entrega y el esfuerzo a la hora de defender su repertorio en directo, hacen que toda una serie de elementos corrientes acaben conformando un set excepcional.

El concierto fue una fiesta. 90 minutos de pura estímulo, con breves pausas para tomarse un vino, regalar un libro de Roberto Moso o repartir preservativos.

En el concierto de Igor Paskual hay espacio para el rock, el punk, el burlesque, el country, incluso el ambient. El sonido fue perfecto. La banda correcta, aunque podemos reseñar que la guitarra solista está a la altura. Desde luego, en este sentido puede haber bandas con mejores temas y mejores instrumentistas. Pero en entrega, nadie está a su altura y eso es lo que convierte sus conciertos en una experiencia que te reconcilia con las ganas de vivir. Y, sin duda, eso no tiene precio.

Esa mezcla de vicio, sexo, canalleo, clase, cultura, lujuria, vitalismo, actitud, chulería, hedonismo, honestidad radical; Igor la defiende en directo como nadie y a medida que el concierto avanza, se entrega cada vez más. Todos esos valores están recogidos en temas que ayer se dejaron caer uno tras otro: Tierra firme, Pasos de baile, Napalm, Nuevo cine español, Opulencia, Tu y yo, Bebemos, Bipolar, La Bahía, la estupenda Volver, Automedicación, El peor novio del mundo… Cada una de ellas y de las que no cito, fue una experiencia única de rock & roll. Curiosamente, en el único momento en que le pude apreciar, menos seguro fue en uno de sus temas más conocidos, como es Chica de gama de alta.

Para terminar un homenaje a 091, a Babylon Chat y su Camaleón dedicado a Bowie para cerrar la fiesta.
Al terminar Igor, firma libros, se fotografía con quien se lo pide y charla contigo como si te conociera de toda la vida, mientras comparte una cerveza. ¿Qué más se puede pedir?

No hay comentarios: