viernes, septiembre 26, 2014

La ira de los ángeles, una novela solvente

La ira de los ángeles es la primera novela que leo de John Connolly y alguien dirá que bastante mal comienzo esta reseña. No porque la novela esté mal, sino porque forma parte de una saga sobre las andanzas del detective Charlie Parker y hasta el momento la última de una saga bastante extensa. En cualquier caso el no haber leído ninguna de las novelas anteriores no es un hándicap irresoluble para la lectura de la misma. Imagino que quienes las hayan leído por orden conocerán mejor las características de cada personaje y además entenderán más rápido algunos de los giros que se producen a lo largo de la novela en cuestión, pero  el autor se ocupa de ponernos en antecedentes cuando es necesario para que la trama no se convierta en incomprensible y quien sabe, quizás también sea más interesante el leerla con la cabeza limpia porque lo que se narra sorprende más.

Porque en la sorpresa radica buena parte de la gracia de la novela. Si hacemos un resumen rápido podríamos decir que es una novela negra de manual entremezclada con una buena dosis de sucesos y personajes sobrenaturales. En la solapa de la edición de Tusquets comparan a Connolly con Stephen King, pero yo diría que Connolly escribe mejor y que la trama se centra más en otro nivel de terror, si es que terror es la palabra a utilizar.

Lo cierto es que finalizada la lectura la sensación es ambivalente. La novela atrapa y se lee de un tirón. Algo que siempre es de agradecer. Sin duda tiene mucha más profundidad que un bestseller al uso. Se aprecia un trabajo de fondo, estilístico, de elaboración y estructuración de la trama, de documentación. Los personajes son sólidos y tienen personalidad, los principales y los secundarios. Patina en ocasiones la capa de fantasía/terror, que si en muchos momentos es solvente (ángeles caídos o esa especie de secta confabulada para hacer el mal) e incluso me ha recordado por momentos a la propuesta global de Lovecraft (el dios de las avispas), en unos pocos se le va de las manos para convertirse en algo un tanto vodevilesco (la niña del bosque). Pero sin embargo, no deja de ser curioso ese rizar el rizo para sobreponer varias  capas de propuesta sobrenatural.

Quizás el mayor déficit, como suele ser habitual en este tipo de novelas, es el final, que se resuelve muy rápidamente y de manera un tanto previsible; pero eso sí guardándose un as para dejar claro que la saga del detective Charlie Parker sigue adelante. En el título he definido La ira de los ángeles como una novela solvente, así que sin duda, Charlie Parker se merece otra oportunidad.