jueves, agosto 04, 2011

Suave es la noche


¿Qué es lo que puede llevar a un personaje admirable al más absoluto fracaso? Quizás nadie podría escribirlo también como Francis Scott Fitzgerald en Suave es la noche. No sólo por la indudable capacidad literaria del autor, sino porque en parte la historia de Dick Diver, es también la historia del propio Fitzgerald. Y si Diver no muere en la novela, simplemente se le pierde el rastro, quizás porque ni el propio autor era capaz de imaginar lo cerca que estaba su propio fín y lo dramático del mismo.

Hoy después de tantos años no tiene mayor sentido especular cuanto de Fitzgerald se ocultaba tras Dick Diver, porque parece bastante claro que es bastante, pero si que merece la pena destacar la calidad de una novela como pocas se escriben hoy. Una trama mínima, pero atrayente. Una estructura sorprendente y mucho más elaborada que la mayoría de las novelas que se escriben 90 años después. Y por último una calidad literaria fuera de toda duda y que hace disfrutar del placer de leer a cada linea que vamos superando. Un dominio del lenguaje, del ritmo, de la musicalidad fuera de toda duda. Una trabajo documentado, que lo mismo nos traslada de Francia a Suiza o a Italia, siguiendo los pasos de Dick Diver.... un hombre que lo pude haber sido todo y al que su personalidad honesta probablemente le convirtio en nada.

Y después de las 500 páginas de Suave es la noche, siempre nos quedará la duda de saber que ha sido de Diver. ¿Será más feliz de lo que lo fue en Europa? Siempre nos quedará la duda.