jueves, marzo 19, 2009

Emma Goldman en el Teatro


Tuve la oportunidad de asistir la pasada semana al estreno en Bilbao de “Emma”, dirigida por el veterano Ramón Barea. La obra de teatro recrea la vida de la anarquista estadounidense Emma Goldman y está escrita originariamente por el escritor Howard Zinn.

He de confesar que en antes de acudir a la representación, y dado que no había leido el texto de Zinn, tenía ciertos resquemores ante la posibilidad de de que se hubiese desvirtuado en parte la peripecia vital de Emma Goldman. Temor que se acrecentaba por el hecho de que en la campaña emdiatica anterior al estreno desde la compañia parecía querer pasar de puntillas por la ideología de la propia Emma Goldman, algo realmente extraño porque su conciencia anarquista es dificilmente disociable de la peripecia vital de Goldman. Una mujer a la que J. Edgar Hoover (futuro director del FBI) definió como la mujer más peligrosa de América, y que dedicó toda su vida a la difusión de la Idea. Primero en los EE. UU., y continuó haciéndolo tras su visita a la rusia soviética y también con su presencia junto a las columnas anarquistas en la Guerra Civil española.

Una vez vista la obra he de reconocer que mis temores eran infundados. La obra desarrolla creo que bastante fielmente la primera etapa vital de Goldman. La puesta en escena y el trabajo de dirección son más que destacables en una representación larga, de casi 3 horas, y quizás el único pero recaiga en el trabajo de algunos de las personas que forman parte del reparto. Me duele decirlo, porque es un actor cuyo trabajo siempre me ha satisfecho, pero en esta ocasión he visto a Karra Elejalde un poco bajo, falto de motivación, como si no se creyera mucho los papeles que desarrolla, pese a que son importantes, especialmente el de Alexander Berkman. El resto del reparto un poco mejor, con mención especial para la protagonista, Tony Acosta, por el largo papel que debe declamar.

Respecto al texto de Zinn creo que es muy bueno, los discursos de Emma continúan siendo actuales décadas después (tal vez más que nunca en esta época de cirisis) y su desarrollo vital e ideólogico están fielmente desarrollados. El único pero recaería quizá en el hecho de que la vida militante de Emma no se acaba con su expulsión del país, bien al contrario continuará hasta su propia muerte. Por eso quizá para quien quiera saber más recomendamos la lectura de sus memorias “Viviendo mi vida”, escritas con toda la pasión de esta mujer consecuente hasta el final.

Ahora “Emma” comienza su periplo por otras plazas y otros teatros. Mi consejo es claro si puedes acudir a verla, hazlo. ¡Vale la pena!

miércoles, marzo 04, 2009

Opiniones de un payaso


Hace una temporada tuve la oportunidad de leer un magnifico libro de Stig Dagerman titulado "Otoño alemán", en el mismo se reunen los reportajes que el malogrado escritor, periodista y libertario sueco escribió por encargo de la prensa de su país sobre la dificil situación que Alemania vivía tras el fín de la II Guerra Mundial.
Poco después caía en mis manos una breve pero gran novela de Leonardo Sciascia titulada "Todo Modo". En ella el escritor italiano muestra el desparpajo, la corrupción y las connivencias mafiosas de un cura y buena parte de la derecha católica de su país. Fue casualidad, pero creo que ambas novelas deberían leerse antes de adentrarse en las "Opiniones de un payaso" de Heinrich Böll.
La de Böll es una gran novela, trufada de fuerte anticlericalismo, especialmente de un anticatolicismo feroz y a la vez el retrato del desencanto con una Alemania, recuperada para la democracia y para el capitalismo por muchos de quienes, como poco, hicieron la vista gorda frente al nazismo, y como mucho lo alentaron y defendieron hasta las últimas horas de vida del Führer. Frente a la crítica de Sciascia al clero de su país por no ser lo que dicen ser, Böll lanza aquí una inteligente y dura crítica a toda esa élite católica que busca acabar con cualquier atisbo de esperanza o sueño que no se arrodille frente a la religión dominante. A diferencia del modelo italiano en esta ocasión se trata de gente culta, honesta, intelectual, comprometida incluso, o eso tratan de aparentar; pero incapaces de aceptar que ausencia de religión no implica ausencia de valores.
Que mejor voz para narrar ese sentimiento que la de un payaso. Los payasos, los bufones, fueron en todas las Cortes los únicos personajes que podían decirle las mentiras al rey y sacarle los colores sin miedo al castigo. También en la novela de Böll es un payaso quien saca los colores a la nueva Alemania democristiana (y a sus adlateres socialdemócratas), gris y deprimente.
Pero a Böll no le basta que sea sólo un payaso quien diga las verdades. Deber ser además un payaso fracasado como payaso y fracasado en el amor, abandonado por la pareja de su vida, quien lo abandonapara refugiarse en los brazos de uno de esos seglares católicos bienpensantes que realizan su labor de apostolado no sólo religioso, si no también ideológico.
El libro de Böll es un libro triste, pero denota que hay también algo tragicamente bello en la tristeza y el fracaso.