lunes, septiembre 30, 2013

Sex Museum en Irun Rock

No sé si he contado ya por aquí esa anecdota de que en una ocasión, por motivos profesionales, tuve oportunidad de acudir a una conferencia del profesor Francisco Jarauta. Recuerdo que el presentador terminada la disertación expreso que el profesor Jarauta “siempre sorprende, nunca defrauda”.

Pues lo de Sex Museum y el directo es un poco lo mismo… No recuerdo una sola ocasión en que haya salido decepcionado de uno de sus conciertos. No al menos en cuanto a su entrega, sonido, potencia, motivación. En esta última ocasión con motivo de su concierto en Irun Rock tampoco.

Sex Museum es una máquina bien engrasada. La base rítmica más solvente del país. Los teclados de Marta Ruiz aportan una atmósfera única. Y los hermanos Pardo le dan ese punto de actitud y clase que tiene como resultado un producto excelente. 

A mí personalmente me encanta dejarme llevar por su música en directo. No cuesta entregarse a lo que escuchan tus oídos. Y el sonido en rara ocasión falla. Es un muro sónico compacto, fruto sin duda del mucho tiempo de tocar juntos. Y eso que en este último año han decidido, quizás para reinventarse (algo que no sé si es necesario) recuperar viejos temas de su primera época, de la que personalmente me encuentro más lejano. Es más muchas de las canciones que tocaron yo no las conocía. Y otras como Two sisters aparecieron modificadas. En cualquier caso, y eso es otro punto a su favor, podría decirse que fue otra muesca en la culata de su wínchester .

En el terreno de la anécdota, Fernando recordó que cuando era joven vio a Peter & The Test Tube Babies y acudió raudo a la mañana siguiente a comprar un pedal de distorsión como el de Derek. El vendedor decidió venderle un fuzz pedal y cuando lo probó, pensó que eso era sonido y que ya le podían dar por culo a los Peter. No sé cómo sentaría un comentario de ese tipo en Irun. Cuando éramos jóvenes se decía que los punks mejor formados musicalmente eran los de la zona Irun/Rentería, Arrasate y Eibar. Es más al acabar el concierto de Sex Museum me cruce con alguien que lucía una camiseta de los Peter…. En honor a la verdad creo que Sex Museum nunca han grabado un disco como Soberphobia, pero al igual que digo eso creo que han envejecido como banda de mucho mejor forma y son hoy una propuesta musical mucho más interesante y solvente.

En cualquier caso en esta ocasión si tengo algún pero que poner a la actuación de Sex Museum. No a su actuación musical, que ya digo estuvo a gran altura, si no a esa forma de terminar el concierto. Yo me creo todo eso que contó Fernando Pardo de que son unos proletarios del rockanroll; pero personalmente pienso que no sé puede terminar un concierto de manera súbita, y abandonar el escenario de un concierto que montan un grupo de chavales para irse pitando a tocar con otra banda a 100 km de distancia. Es en cierto sentido un pelín indecoroso que a los organizadores de semejante esfuerzo de organización (3 días de conciertos en una ciudad de mediano tamaño) las dos bandas cabezas de cartel se les piren a las primeras de cambio. No lo comenté con nadie allí, pero es una reflexión que me estuvo dando vueltas en la cabeza cuando en el coche volvíamos de vuelta a casa. Digamos que en cierta medida se acababa la fiesta antes de tiempo. Yo creo que Coronas, Corizonas y especialmente Sex Museum son grandes bandas y me parece genial el compaginar proyectos mientras no se pierda el norte. Si no se puede estar en dos sitios a la vez, no se puede y listo… Al menos Miguel Pardo, dijo que él no se iba, me quedo a beber con vosotros….. No es una crítica, solo una reflexión que no resta ni un ápice a la fuerza de su actuación.

Lo cierto es que del resto poco que decir. Arizona Baby, bien. En su línea. Personalmente creo que en espacios abiertos se encuentran un poco desubicados, pero seguro que eso no lo comparte mucha gente.

Vimos algún tema de Pantones, pero los compromisos del domingo nos reclamaban y todavía nos quedaba un largo camino de vuelta surcando la A-8. Preciosa noche en . Suerte a los organizadores y que continúe la aventura.
Irun

martes, septiembre 24, 2013

Honor entre punks, un comic de punk victoriano

Imaginemos un Londres todavía victoriano a finales del S. XX. Por sus cielos continúan surcando zeppelines, porque el progreso técnico e industrial ha sido más lento de lo esperado. La IGM no fue tan mundial y la IIGM ni siquiera llego a existir.

Imaginemos que en los suburbios de ese Londres abundan las bandas de punks. Imaginemos que entre esos punks habita una joven que es una emula de Sherlock Holmes. Expedientada en el CID por consumo de cocaína, ahora se dedica a investigar los crímenes que se producen en Baker Street, donde viven la mayoría de sus colegas punks, y a mediar entre las diversas bandas de punks. Por si fuera poco, esta joven investigadora es anarquista y lesbiana, o al menos lo parece.

Para acrecentar el homenaje al Sherlock Holmes de Conan Doyle, la narradora es una joven estudiante de medicina llegada de EE.UU. con el objetivo de acabar su carrera en Gran Bretaña y que pronto se ve empujada a acompañar y ayudar a Sharon en sus peligrosas investigaciones.

Todas estas hipótesis se plantean en el interesante comic de Guy Davis y Gary ReedHonor entre punks”, editado en un ya lejano 2004 por Norma. Este volumen recoge dos aventuras completas de nuestra heroína Sharon: Honor entre punks e Hijos de la noche. Su título original era Baker Street, hasta que al editar esta recopilación se le dio el título de Honor entre punks. Un primer consejo: que la poco agraciada portada no te eche para atrás.
Crimen y misterio contracultural en un Londres que nunca existió. Las referencias al universo Holmes no son las únicas. También veremos aparecer un nuevo Jack el destripador. Viñetas en blanco y negro, pero con un dibujo bastante realista y comprensible. Lo cierto es que en las correrías de estos punks por el club Baskerville no hay espacio para la ñoñería. Lo mismo se mezclan ladrones de arte, que punks feministas radicales dispuestas a pararle los pies a cualquier hombre que se sobrepase con una chica.
 
Para el debate quedaría una triple interpretación del anarquismo que sólo se intuye en el comic. Desde el anarquismo punk del No future, al más cooperativo y serio que podría encarnar Sharon, (ojo una expolicía de investigación criminal); pasando por lo que posteriormente formaría todo un movimiento en si mismo como es el anarcopunk.

La historia planteada por Davis y Reed está trabajada y atrapa al lector. Atención a la forma de numerar las páginas. Recomendable 100%.

Como anécdota en todas las viñetas de este grueso volumen repletas de punks, unicamente he reconocido el nombre de una banda de punk real: The Four Skins

domingo, septiembre 22, 2013

Libre Pensamiento nº 75 ya en la calle

Ya está en la calle el nº 75 (Verano 2013) de la revista libertaria Libre Pensamiento con el siguiente sumario:

- Editorial.

- Reformas laborales, crisis y negociación colectiva: una historia de rufianes y pasmados. Carlos Couso.

- Refractions. Una revista singular. Annick Stevens.

- "A" Rivista Anarchica: Nacida en Milán en 1971. Adriano Paolella entrevista a Paolo Finzi.

- A precio del plomo. Marianne Enckell.

- Análisis del recorrido del Libre Pensamiento (LP): Equipos, contenidos, autores. J. Ceacero, J.A. Ojeda y C. Plaza.

- Encuesta. Lo que opinan los y las lectoras. J. Ceacero, J.A. Ojeda y C. Plaza.

- Intrahistoria de Libre Pensamiento. La experiencia de los coordinadores.

- Las mujeres en el sector de la limpieza. Entrevista de Autre Futur a Etienne Deschamps.

- El modelo chino: otra crisis, otros ajustes. Xulio Rios.

- Utopías contra quimeras. Antonio Somoza.

- Red de solidaridad de Seattle o de cómo la hormiga se convierte en gigante. Dioni Cortés Díaz.

- Un repensador radical: Horacio Martínez Prieto. Antonio Rivera.

- Burorrepresión. Un archisílabo necesario. A. Rivera.

En total 80 páginas en papel couche y Din-A4 por 6€ de nada.

Este número es especialmente interesante pues el dossier central está dedicado a los 25 de existencia de la revista y los 75 números editados hasta el momento.

Os dejamos a continuación el texto del editorial de este número:

Llevamos 25 años y 75 números de Libre Pensamiento. No es poco e indica algún grado de solidez y de continuidad, no solo de LP sino también de la organización que lo impulsa. También indica otras cosas.
Desde su voluntad inicial, al margen de aciertos y desaciertos, siempre LP se ha mantenido como revista amplia en las temáticas y abierta en los enfoques, muy alejada del servir de portavoz ni de instrumento de propaganda. Viene siendo un intento de abrir caminos de intervención y líneas de pensamiento, de aportar aciertos y de afrontar carencias con una visión no internista, sabiéndonos siempre parte y solo parte. Ese enfoque generosamente abierto y desprendido ha sido posible porque nunca ha habido desde ninguna de las instancias de la organización la indicación más leve en la dirección contraria. Refleja una forma de entender nuestro quehacer y nuestro papel en la sociedad: sin exclusividades, sin verdades acabadas, sin cortas miradas internistas, sin cortoplacismos, priorizando siempre la realidad social y sindical, que no es nuestra y que tenemos que construir con (y contra) otros agentes que trabajan en nuestros mismos campos. Nuestra razón de ser estriba en nuestra aportación a los cambios sociales que seamos capaces de impulsar y la mejor imagen que podemos alcanzar será esa aportación, no los intentos de apropiación. En una sociedad inundada por la propaganda y con una información absolutamente entrelazada con ella, invadida por el ruido, no nos haremos oír elevando más la voz, así solo aumentaríamos el ruido. Necesitamos otros métodos que nos saquen de la falsedad imperante y estos pasan porque los hechos y las presencias, y las formas y los contenidos de hacer y de estar sean las que hablen y precedan siempre al decir.
Libre Pensamiento es económicamente cara por lo que, sin duda, resulta costosa para la organización, lo que hace más encomiable la apuesta por una revista de este tipo y su mantenimiento durante estos 25 años. Empalma esa apuesta con lo mejor del obrerismo inicial: el afán por los conocimientos y la cultura. El sindicalismo y la lucha obrera nacen del rechazo a lo existente, pero rápidamente dan el paso a la aspiración; su éxito no puede estar solo basado en la capacidad para imponerse, en su capacidad de lucha; de nada serviría ésta si no fuera acompañada de una superioridad, ¿moral?, ¿intelectual?, pero en todo caso personal. La lucha (el rechazo) contra lo existente y la aspiración a una sociedad nueva son dos retos exigentes que requieren, entre otras cosas, de la apropiación de los saberes y de la cultura en cuanto sustrato de esos saberes, capaz de darles un orden de prioridad. Exige también no quedarse con lo dado, recoger todo reinventándolo, plasmándolo en personalidad y vida, sin que se quede en algo externo. Esa aspiración a una sociedad nueva tiene como referencia de rechazo la sociedad que se padece y de ese rechazo surgen unas orientaciones que la prefiguren, pero que son mínimas: la aspiración se presenta inicialmente como algo no prefijado sino como expansiva apertura de posibilidades. Cierto que con el tiempo adopta unos esquemas y concreciones determinadas, pero nunca pierde ese carácter de búsqueda y abierta. Nuestra apuesta colectiva por una revista como Libre Pensamiento se corresponde con la exigencia en el terreno de la apropiación de la cultura de esa aspiración a una sociedad nueva. Mantener esas aspiraciones en nuestras decisiones colectivas es sustancial y forma parte de lo mejor de nosotros mismos.
Seguramente el aspecto menos positivo de Libre Pensamiento, al margen de los muchísimos errores en su realización, venga dado por la sospecha que a todas las personas que la elaboramos se nos presenta sobre el uso que se da a la revista y la utilidad que tiene, lo cual también sería indicativo de una suerte de escasa ligazón entre lo colectivo y lo personal. Colectivamente, tanto la organización CGT como el equipo editorial, optamos por el esfuerzo común de mantener LP; es más dudoso que ese esfuerzo que colectivamente decidimos asumir sea correspondido por el esfuerzo personal de leerla y utilizarla, en primer lugar, y de mejorarla y difundirla en segundo. Esa falta de ligazón entre lo colectivo y lo personal seguramente no es exclusiva de esta revista, aunque en ella se vea agrandada, sino que salpica a otras muchas actividades y empresas que colectivamente nos proponemos. No escapamos a la individualización, al vivir invadidos y atrapados por la multitud de reclamos externos, a la preeminencia de "la vida particular", al ser por partes y a trozos y a la falta de centralidad que promueve nuestra sociedad de consumo. La oferta incesante de opciones y posibilidades, algunas de ellas totalmente banales pero otras muchas enriquecedoras en diverso grado, todo ello muy teledirigido y utilizado, acaban por convertir la diversidad y riqueza en dispersión y fuente de trivialización. Cuando todo vale, nada vale, porque el valor pierde significado.
Es lógico que en LP el handicap de la no ligazón sea más manifiesto. Si algún terreno ha sido deteriorado en nuestras sociedades democráticas ese ha sido el de la cultura. Aquí sí que la oferta nos ha reducido a receptores pasivos, cabiendo en ella todo, acaba siendo nada, y la necesidad de llegada a "todo el mundo" termina abocándola a la banalización y el entretenimiento, absolutamente contrarios a la exigencia de una recepción activa que es necesaria para lograr que la cultura sea algo valioso que nos enriquezca personalmente. Y sin embargo LP se mantiene como una revista que nada tiene que ver con la distracción y el entretenimiento. Su lectura es asequible pero requiere un esfuerzo de atención y concentración y no parece conveniente un viraje facilitador que lo ahorrase.. De una parte porque difícilmente podria conseguirse sin merma de los contenidos (aunque algo pudiera avanzarse en esa dirección) y de otra, porque todo proceso personal de enriquecimiento y aprendizaje exige esfuerzo, siendo la satisfacción del logro obtenido directamente proporcional al esfuerzo personal empleado en el camino.
LP, como otras muchas de las empresas que como organización acordamos, necesita el esfuerzo de sus lectores y en especial de sus lectores de CGT, necesita que aquello por lo que apostamos colectivamente pase a ser, también, apuesta personal de cada uno de nosotros.
Ocurre en todos los campos, podriamos estar diciendo grandes verdades y haciendo acertadísimas propuestas, pero estarán condenadas a quedar perdidas en el ruido existente e incluso contribuirán a aumentarlo sin personas que les hagan vivir, que las plasmen en sus formas de ser, de estar y de actuar.
A LP le queda mucho camino por recorrer y mucho que mejorar, pero hacerlo es algo que requiere las colaboraciones diversas de una mayoría de las personas que formamos la CGT y que, colectivamente, hacemos la apuesta por la revista.

martes, septiembre 10, 2013

En la carretera, sobrevivir en un futuro postapocalíptico

Como comentaba en el post anterior, el verano es, al menos para mí, la ocasión idónea de recuperar viejas lecturas pendientes. Cierto que entre las últimas novedades publicadas también se encuentran títulos interesantes, pero dado que no hay tiempo para todo; mi sino particular es ir a rastras también con el mundo literario. ¡Qué se le va a hacer!

El título seleccionado en este caso era otro clásico de los últimos años. Se trata de La Carretera de Cormac McCarthy. El universo zombi ha adquirido extraordinario vuelo en los últimos años. Tanto en el cine (ahí está Guerra Mundial Z y sobre todo  la para mí extraordinaria película cubana Juan de los Muertos); como en el cómic donde Los Muertos Vivientes se ha convertido en un acontecimiento excepcional cuyo éxito ha continuado después en la televisión. Obviamente La Carretera no es una novela de zombis, pero su historia postapocalíptica la liga muy claramente a mi entender con este universo.

La historia de este padre y su hijo que vagan por las carreteras de EE.UU sin un horizonte definido, escondiéndose de otros seres humanos que han decidido acogerse al canibalismo para poder sobrevivir, con unos recursos prácticamente agotados está a mi entender muy claramente relacionada con Los Muertos Vivientes, un comic que yo definiría como extraordinario.

Y la única diferencia es que en La Carretera no hay zombis. Son muertos en vida, pero no muertos vivientes. Pese a lo que pudiera parecer, la situación en la novela es mucho más cruda. En el comic todavía hay visos de civilización, grupos que apuestan por colaborar para sobrevivir. E incluso existen más recursos de los que aprovecharse. La naturaleza permanece viva.

En La Carretera, tan sólo al final se intuye la posibilidad de que haya grupos que hayan apostado por el apoyo mutuo y no por la competencia. Los recursos son ínfimos. La naturaleza es un erial. La situación es, pues, mucho más grave y dolorosa para quienes han sobrevivido.

Pese a su prosa seca, básica y concisa, hay a mi entender varios aciertos en la novela de McCarthy. Son detalles nimios, pero que le conceden parte de su grandeza. El no saber cuál es la causa de semejante hecatombe. Es decir ceder parte de la comprensión de la trama al lector para que active su imaginación y lo haga libremente. Algo que siempre es muy de agradecer en el ejercicio literario. El dilema moral y existencial que pesa sobre los protagonistas. Hasta el punto de que la esposa también superviviente prefiriese suicidarse a continuar luchando, pese a dejar a su marido y su hijo de corta edad en el camino. El desconocimiento de si realmente existe una meta a alcanzar. Los dos momentos en que la suerte parece ponerse de su lado y la contradicción que supone seguir huyendo por temor a que establecerse sea un peligro. El contraste entre la bondad del niño como último refugio de ese sentimiento humano, la llama, frente al realismo del padre y la presencia verificable y cruda de la maldad, etc.

Todo ello hace de La Carretera una novela para reflexionar a medida que se lee. Ágil y absorbente. Sin una gran trama, pero con una historia eterna, aunque llevada al extremo: sobrevivir sin perder la dignidad, ni la humanidad.

martes, septiembre 03, 2013

El abuelo que saltó por la ventana y se largó, divertida e inteligente novela

Las vacaciones, al menos en mi caso, son un momento propicio para saldar deudas con aquellos libros que por una u otra razón se han ido amontonando en la estantería de casa sin que vean llegar el momento en que el lector les va a hincar el diente.

No es cuestión de preferencias, ni de recelos; es simplemente que antes no fue posible. Este verano he conseguido dedicarles el tiempo que merecían a un par de libros que en próximas fechas iré reseñando aquí.

El primero que vamos a comentar seguramente la mayoría de personas con afición lectora ya lo habrán leído, porque ya tiene más de un añito y además pegó bastante fuerte entre determinado público. Cuatro millones de ejemplares vendidos y la venta de derechos a 35 países así lo corroboran. 

Se trata de El abuelo que saltó por la ventana y se largó de Jonas Jonasson y he de decir que me lo he pasado muy bien leyéndolo. Incluso en alguna ocasión ha conseguido extraerme una carcajada en voz alta. Durante la mayoría del tiempo me acompaño una amplia sonrisa mientras lo leía.

En algunos momentos me recordó a la sana costumbre que tenía de leer La conjura de los necios todos los veranos. Es cierto que el grado surrealista de algunos personajes puede recordar al delicioso libro del malogrado John Kennedy Toole, pero lamentablemente la novela de Jonasson con ser buena no lo es tanto como el vendaval literario que es La conjura de los necios, ni todos los personajes son tan redondos, ni la estructura, con ser interesante en El abuelo que saltó por la ventana está tan lograda; ni la historia en general es tan épica.

Pero lo cierto es que no se trata de comparar más allá de lo necesario. Y esta novela tiene algunos aciertos que son más que de agradecer. Es una novela muy ágil, que juega inteligentemente con la historia, que plantea una historia cándida; pero en cuya propia condición de absurda reside buena parte de su encanto. Algunos pasajes y recursos como la estancia en Irán, la cena con Stalin, o el hermano de Einstein son directamente impagables. Otros personajes históricos como Truman o Franco, también juegan un divertido papel. La sucesión de topicos sobre la realidad sueca se convierten en munición de fondo.
El abuelo irreverente, viajero empedernido, dispuesto a sobrevivir a quien haga falta y sometido por si fuera poco a esterilización forzosa por causa de la política de eugenesia que tanto furor tuvo en los países nórdicos es un personaje de aúpa. A quien nadie puede sacar de sus casillas no se sabe si por su simplicidad o por su inteligencia natural.

En cualquier caso con altas dosis de absurdo y ternura, Jonasson ha conseguido escribir una novela brillante, inteligente y divertida. Si alguien todavía la tiene pendiente, aún tiene la suerte de poder disfrutarla como se merece.