lunes, abril 27, 2009

El lado oscuro del amor


Todos sabemos, porque nos ha tocado vivirlo o porque lo intuimos, que tras el amor hay un lado oscuro, turbio y doloroso. Y sin embargo, esta novela de Rafik Schami, no destaca, a mi entender, por la descripción que el autor pudiera realizar de esa zona oculta y negativa.
Si algo la hace interesante es la posibilidad de conocer la vida y la historia de un país exótico, en cierta manera, como Siria en los últimos 75 años. La historía paraoficial de un país relativamente cercano, pero desconocido en gran parte. Desde la ocupación francesa previa a la II Guerra Mundial y los movimientos panarabistas progresistas de mediados del S. XX (e incluso anteriores), hasta la sucesión continuada y vertiginosa de dictaduras de todo tipo, con todas las variantes negativas que imaginarse uno pueda. Y, como no, de sus opositores: comunistas, hermanos musulmanes, radicales que divagan entre el socialismo cubano y los principios libertarios.
Pero esto es sólo el trasfondo en una larga novela rio que narra el enfrentamiento visceral (y criminal) entre dos clanes cristianos ortodoxos originarios de la aldea de Mala y su inevitable entrecruzamiento en forma de amor (Romeo y Julieta en Oriente Medio y en pleno S. XX).
Siento que el autor pierde la oportunidad de narrar tanto lo uno (la historia siria) como lo otro (el amor sacrificado de dos jovenes) e incluso lo de más allá (la vida de una minoría cristiana en un país árabe) y que en ocasiones la novela no es más que el inestable hilvanaje de una mera sucesión de anécdotas, aunque por momentos recupere una tensión narrativa más que estimable.
Aún así disfrutará de ella quien tenga una mínima inquietud por descubrir los entresijos de un país que a simple vuela pluma debe ser maravilloso: Siria.

miércoles, abril 15, 2009

Abel Paz in memorian

Ha muerto Abel Paz. Diego Camacho era su verdadero nombre. Pero toda su vida militante se esconde tras ese nombre que se hizo famoso por su enciclopédica biografía de Durruti.
Abel, Diego era uno de los pocos militantes libertarios históricos que quedaba con vida. Hasta su último aliento continuó contando bien alto lo que muchos historiadores profesionales trataban de esconder, de ocultar, de tergiversar…. la peripecia extraordinaria del movimiento libertario ibérico, con sus luces y sus sombras.
Abel, Diego vivió, por este orden, la vida militante en un movimiento libertario fuerte y dinámico, la revolución, la guerra, la derrota, el exilio, la clandestinidad, la cárcel…. Y después no sólo contó la vida de otros, también la suya.
Cuando, muerto Franco, el movimiento libertario fue incapaz de reconstruirse con la vitalidad que tuvo 40 años antes, Diego, Abel no apagó su voz. Siguió contando la verdad, su verdad, de lo que había vivido.
Tuve la oportunidad de escucharle en un par de ocasiones y de hablar personalmente con él en otras tantas. No era una persona que quisiera caer simpática por el mero hecho de serlo, decía la verdad de lo que pensaba sin reflexionar, o quizás teniendo muy claro, el resultado de lo que decía.
Jugó su papel en el exilio posicionado en un sector muy concreto. Pero con el tiempo colaboró con la variedad del movimiento libertario si tenía la oportunidad de hacerlo. No era ni el mejor escritor, ni sus trabajos los más elaborados o interesantes; pero estuvo al pie del cañón para dejar escrito mucho de los que otros nunca quisieron contar.
Sirvan estas líneas de homenaje a él y al resto de mujeres y hombres libertarios que en los últimos años nos han abandonado. A los que militaron en el sector oficial y a quienes lo hicieron en las escisiones, a quienes estuvieron con Federica y a quienes estuvieron con Frente Libertario.
A todos ellos … Salud y que la tierra os sea leve.