lunes, junio 22, 2009

Irán


Dice el viejo adagio que los amigos de mis amigos son mis amigos, pero ¿los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos? Lamentablemente en más de una ocasión al escuchar a algunos de los supuestos líderes de las alternativas sociales unicamente podemos pensar: madre mía, madre mía que me quede como estoy. Viene esto al cuento de unas declaraciones de ese militarote llamado Chavez expresando su alegría por la gran victoria de Ahmadineyad, cuando ya buena parte de la juventud iraní estaba dejándose el resuello por las calles de Teherán. Ahmadineyad habrá ganado o habrá perdido las elecciones, lo cierto es que hoy por hoy lo desconocemos. Pero eso no debería impedir a nadie el ver que un segmento importante de la población iraní, quizás no la mayor parte, pero si un amplio sector de la misma; necesita más libertad como el oxígeno para respirar. Puede que inicialmente muchos de ellos no quieran acabar con la revolución de Jomeini, pero los agentes represores suelen ser tan burdos en todas las partes del planeta que prefieren masacrar a su gente a discutir racionalmente con ellos hacia donde podría evolucionar el régimen. Por eso acabarán perdiendo. ¡Afortunadamente!