viernes, diciembre 30, 2016

"La hora de despertarnos juntos", bella novela de Kirmen Uribe

Kirmen Uribe ha escogido un bello verso de Ezra Pound para dar título a su estupenda novela biográfica sobre el devenir de la familia formada por Txomin Letamendi y Karmele Urresti. No deja de ser una pequeña crueldad que sea el verso de un fascista el que dé título a la historia de dos personas que dedicaron toda su vida a luchar contra la dictadura de Franco. En el caso de Letamendi acabo pagando con su vida su militancia clandestina contra el franquismo. Urresti sufrió largos años de exilio separada de sus hijos por la misma causa.

En cualquier caso la obra de Uribe es una gran novela que lo mismo podría ser un largo reportaje, una investigación histórica o una biografía familiar novelada. Es cierto que es la epopeya vital de una familia muy ligada al nacionalismo vasco, pero buena parte de los hechos que narra podrían ser aplicados a cualquier otra familia de cualquiera de las otras ideologías que sufrieron la crueldad de la derrota tras la Guerra Civil española y la barbarie de 40 años de dictadura encabezada por el General Franco.

Como no comprender y extrapolar la ilusión entre los vascos durante los últimos años de la II Guerra Mundial y su colaboración con los servicios de información británicos y estadounidenses. Como no ilusionarse cuando la posibilidad de una intervención aliada que acabara con la dictadura en España parecía algo más que una simple posibilidad. Como no entender su decepción cuando los Aliados decidieron que era mejor una dictadura en España que evitará la extensión de la fiebre comunista y mantuviera la posición estratégica de España en la órbita de las democracias occidentales.

Esa decepción que arruinó la vida de personas como Letamendi, Sota o el lehendakari Agirre en esta novela, es la misma que hemos leído en otros testimonios de otros sectores ideológicos del exilio.

Y no extraña el ver los efectos que el paso del tiempo provocó en las huestes del nacionalismo vasco. Desde el primer exilio, los tiempos de Eresoinka, las dificultades para ser reconocidos como autoridades legitimas en el exilio, la entrega de muchos militantes a la causa, y la posterior decepción y retirada de los años 60. La aparición de jóvenes que tienen su propio parecer y discrepan de las posturas oficiales. La creación de ETA, la división definitiva de la familia nacionalista. ¿No es acaso una deriva temporal muy similar a la del exilio libertario? ¿No sucedió lo mismo con otros sectores ideológicos, por ejemplo los socialistas?

Esta novela rio pasa por encima de algunos elementos que podría haber resaltado sobre todo a su inicio. Puede existir cierta idealización de la figura de Agirre y Sota. Contiene algún pequeño error histórico, pero es en su conjunto una extraordinaria novela. Repleta de cariño y ternura. Con una actitud digna de alabanza por comprender, entender, buscar, preguntar. Ilustra, pero sobre todo conmueve. Conmueve quizás como sólo las historias verdaderas pueden hacerlo.

No se esconde tras ninguna fachada. No trata de contemporizar. Es valiente, sobre todo en el rápido resumen de los últimos capítulos en cuanto a lo sucedido en los últimos años del franquismo y la transición en Euskadi. Creo que al autor le duele sinceramente lo sucedido y se pregunta cómo pudieron suceder tantas cosas terribles. Quizás sólo se puede entender ahora, porque es desde la distancia cuando se puede reflexionar con tranquilidad sobre lo sucedido.

Seguramente será una novela que encantará en el PNV, pero también debería de hacerles reflexionar sobre cómo es posible que en una familia tan imbricada con el partido, tan marcada por la historia sus propios componentes buscaran otras respuestas y otros caminos en otras alternativas.

Puede que duela en algún sector del nacionalismo de izquierdas, pero si se piensa con objetividad todas las preguntas y reflexiones de Uribe son pertinentes.

Y al lector que solo busca disfrutar de una historia impactante y bien escrita, debería encantarle porque contiene todo lo que se le puede pedir a una gran novela: argumento, estilo, sinceridad, deseo de aprender y transmitir, cantidad de personajes históricos que enorgullecen unos y asustan otros, y sobre todo exalta muchas emociones de las que golpean en el corazón y el cerebro de quien tiene la suerte de leerla. Muy bella.

martes, diciembre 27, 2016

"Noticias de la Segunda Guerra Carlista y otros textos". Algunas reflexiones sobre el carlismo

Si hay una ideología que en la Península Ibérica haya llegado al nivel de infiltración popular que tuvo el anarquismo, esta es sin duda, y aunque anterior en el tiempo, el Carlismo. De la misma manera, ambas se han visto perseguidas por el sistema imperante y ambas han vivido la división en sus filas, contribuyendo así a su propia debilidad.

Puede que las similitudes se acaben ahí, pues en principio, cuando la historia las llevó a convivir en su máximo apogeo, ambas se convirtieron en encarnizadas enemigas, pero puede que en algún momento, las relaciones no oficiales, que siempre fueron malas, si no de los anhelos de sus seguidores, tuvieran algún punto de conexión más estrecho. O no. 

En este blog se ha escrito mucho sobre anarquismo. No se ha hecho tanto sobre carlismo, porque personal e ideológicamente me llama menos la atención, pero he de reconocer que es un movimiento político curioso, aunque con momentos históricos terriblemente crueles.

En principio, el origen del Carlismo es claro. En el Siglo XIX, Fernando VII derogó la Ley Sálica para que su hija pudiera acceder al trono, en lugar de su hermano Carlos María Isidro a quien le correspondería hacerlo en caso de que esa ley que impedía el acceso de las mujeres al trono, no se hubiera derogado. Esta fue la causa oficial del conflicto carlista. Y carlistas se llamarón quienes apoyaron, incluso con la fuerza de las armas, el derecho de Carlos María y sus sucesores a acceder al trono de España.

Pero tras el carlismo no se ocultaba tan solo la cuestión dinástica, también bajo su lema de Dios, Patria y Rey se enrolaron quienes se oponían a la modernización y quienes salieron perjudicados del avance imparable de la liberalización y las desamortizaciones. Se mezcló así una especie de fuerismo regional, integrismo religioso y romanticismo monárquico que enraizó fuertemente en las clases populares de amplias zonas del país.

El carlismo provocó tres guerras civiles durante el S. XIX y su fuerza se mantuvo constante hasta el punto de que su apoyo fue más que decisivo para el triunfo del alzamiento fascista de 1936 contra la II República. Curiosamente la única guerra que vencieron, la del 36, fue la contribuyó definitivamente a su ocaso posterior.

Y aquí es donde entra en consideración el librito que quisiera comentar hoy Noticias de la Segunda Guerra Carlista y otros textos, del ya desaparecido escritor navarro Pablo Antoñana. En realidad son varios y breves escritos del autor en el que este reflexiona sobre la historia y el sentido del carlismo.
No espere el lector grandes descubrimientos sobre esta ideología en el libro en cuestión, pero sí que hay una serie de reflexiones, que además se repiten en los diferentes textos que despertarán cierto interés en el lector inquieto.

Sin duda, la más interesante, es la de que es necesario distinguir entre la oficialidad del carlismo, con sus reyes, sus guerras, sus oropeles y su mesianismo, de la entrega del pueblo a la causa del carlismo. Un buen numero de campesinos, pobres, iletrados, y humildes que una vez tras otra fueron capaces de ponerse en pie tras la derrota para volver a enrolarse en las filas de la rebelión cuando la inteligentsia carlista así lo reclamaba. Son los derrotados del progreso, las victimas colaterales y sin embargo, dejarán en herencia su ideología que se transmite de padres a hijos durante generaciones, teñidas de gestas militares y traiciones de la élite.

Antoñana no esconde su cariño por estas huestes, como navarro los conoce desde pequeño, y siguiendo la voz del clásico parece compartir aquello de que buen pueblo serían, si tuvieran buen señor. Por lo demás, es un librito ameno, que esconde algunas reflexiones acertadas e interesantes y que en varias ocasiones y que entre otras cosas y con distintos argumentos busca la conexión entre el carlismo popular y la propuesta anarquista. 

Utiliza para ello el programa ideológico carlista que J. Indalecio Caso publicara en 1874 y que establece una especie de sociedad carlista, que según Antoñana podrían suscribir Kropotkin o Proudhom y así mismo afirma que durante la II República “los carlistas de algunos pueblos de la Ribera Navarra, con su círculo, respondieron a la médula del carlismo popular, se pasaron a la CNT anarquista, conducidos por el subconsciente”.

Lo cierto es que no es el único investigador que desde el carlismo ha tratado de enlazar una ideología con la otra. En este enlace se puede leer parte de un texto de José Javier López Antón que incide en la misma idea. Aunque algunas de sus afirmaciones darían pie a más de una discusión.

No sabemos cuánto de realidad se esconden en estas reflexiones, aunque suponemos que serán históricamente comprobables para confirmar su veracidad o rechazarla. Si que sabemos que llegado el alzamiento de Franco del 36, los carlistas de la mano de Mola se pondrán en armas de nuevo en Navarra y en el resto del país y que sus Requetés fueron protagonistas de verdaderas sangrías entre la población de izquierda de la ribera navarra, lugar en el que por cierto no hubo frente de guerra.

Pero si el carlismo se enroló con los que definitivamente ganaron la guerra, puede decirse que no fueron los más beneficiados de la victoria. Franco les obligó a disolverse en el partido único Falange Española Tradicionalista y de la JONS. Una especie de frankestein que englobo a todos los sectores de ultraderecha y ellos aportaron el adjetivo tradicionalista.

Durante la dictadura la convivencia con Falange y otras ramas del régimen no fue de lo más alegre. Así, hubo enfrentamientos armados con Falange, por ejemplo en Bilbao. Su líder Fal Conde hubo de exiliarse en Portugal y a su regreso fue confinado en Menorca. Incluso un grupo insurgente carlista llego a actuar en la clandestinidad contra el franquismo (Grupos de Acción Carlista).

Pero con el final de la dictadura, llego la división. La matanza de Montejurra, mostró la división entre un carlismo popular que se declaraba ahora socialista y autogestionario, aunque sin renunciar a su pasado, y un carlismo elitista de ultra derecha e integrista. 

El carlismo, como la extrema izquierda, no fue legalizado para las primeras elecciones democráticas y la división continúa hoy día entre el Partido Carlista que participó en la fundación de Izquierda Unida y el grupúsculo de ultraderecha Comunión Tradicionalista Carlista. Un lio de narices que hace que por ejemplo los dos sectores estén representados en el consejo asesor del Museo del Carlismo en Estella, cuyas reuniones serán cuanto menos divertidas. Por si fuera poco, también existe una Comunión Tradicionalista enfrentada a la anterior y que sigue reconociendo a D. Sixto como legitimo representante de la dinastia carlista.

Pero todo esto, ya es otra historia.

sábado, diciembre 03, 2016

Yo, Rene Tardi Vol. I, Tardi demostrando lo que vale

La verdad es que creo que no hay mucho más que añadir sobre Tardi como hacedor de comics. Cada una de sus obras gráficas es una pequeña joya visual y de contenido. En la forma y en el fondo. Directo, agrio, sin contemplaciones, certero… así suelen ser sus comics y este Yo, René Tardi prisionero de guerra en Stalag IIB no lo es menos.

Tardi ha recogido la trayectoria vital de su viejo para reflejar lo absurdo de la guerra en un comic sobresaliente. Y aunque ya hace un año que está disponible el segundo volumen en mis manos ha caído todavía ahora la primera parte.

He escrito absurdo para referirme a la guerra y realmente no sé si esa es la palabra, porque uno de los hallazgos de esta obra de Tardi es el contraponer las peripecias de su padre, con su propio parecer hasta el punto de autorretratarse como joven e integrarse en el comic para enfrentarse a su padre, a su parecer, a sus opiniones, a sus acciones. Jacques Tardi es antimilitarista, apátrida y en ocasiones difiere o se le hace difícil comprender las decisiones y actitudes de su padre, empujado a actuar sin duda por unas circunstancias muy distintas y también por otros valores, porque no decirlo.

Así vamos a repasar la presencia de la amenaza nazi, el alistamiento, la patética actuación del ejército francés ante la blitzkrieg nazi, el apresamiento, la conducción al campo de prisioneros, la lucha por la supervivencia, el sorprendente y variado mundo de los prisioneros, el comportamiento de los vigilantes nazis…

Una historia que absorbe a cada página, a cada viñeta incluso. Tan redonda que en ocasiones se hace necesario detenerse para reflexionar, retroceder para volver a disfrutar del texto de un bocadillo o el impacto de una viñeta. Un verdadero lujo de comic de esos que te deja sin aliento y aun así ruegas que no se acabe, que atrapa, y alimenta. Desde luego estoy deseando tener entre las manos.

P.S. Mientras escribo este post veo en internet que hace dos días falleció Mike Fitz, cantante de The Business víctima de un cáncer linfático. Algún disco de The Business me acompañó durante buena parte de mi juventud. Curiosamente es una banda a la que nunca vi en directo, pero temas como Product, Suburban Rebels o Spanish jails nunca se borrarán de mi memoria. Que la tierra le sea leve.