lunes, noviembre 07, 2016

La balada del Norte. Un cómic de la epopeya asturiana en 1934



Entre todos los componentes de la exitosa escena del comic español actual, merece una mención especial Alfonso Zapico. No quiero decir con esto que sea el mejor, pues sería absurdo entrar en una clasificación de este tipo, pero sí que junto a otros compañeros suyos como Paco Roca ha colocado el comic de nuevo en el punto de vista del público. Y lo han hecho además presentado historias claramente comprometidas con la sociedad de su tiempo. Pero también con la recuperación de la memoria.

Si por ejemplo Roca lo hizo con la extraordinaria Los surcos del azar, Alfonso Zapico se ha comprometido en La balada del Norte con llevar al comic la sorprendente epopeya de la Revolución Asturiana de 1934

Es normal que un inquieto dibujante asturiano haya encontrado en tan impactantes hechos la historia total que plasmar en imágenes. Zapico ha aprovechado su estancia en Angouleme para desarrollar esta historia tan amplia que al autor le ha resultado imposible encajarla en un solo tomo.

No es de extrañar. Como bien desarrolla Zapico en su obra, en la Asturias de 1934 confluyeron diversos hechos que venían arrastrando a la clase trabajadora asturiana al punto álgido de creer que estaban preparados para desarrollar un movimiento revolucionario. Contaban con algunos hechos a su favor como ser capaces de establecer un Alianza Obrera general que no se logró en ningún otro lugar del Estado y que vino a plasmarse en unas siglas (U.H.P.) que imagino todavía conmoverán a quien se acerque a esta historia. 

Pero los grandes hechos que caracterizaron al movimiento revolucionario de Asturias no surgió de la nada y la génesis se plasma en este primer tomo de La balada del Norte. Desde el breve prólogo de Enric González todo es interesante y conmovedor en las 226 páginas de este primer tomo editado a todo lujo por Astiberri.

El mundo gris de los valles de la zona minera se traslada a la atmosfera que tan bellamente ha plasmado Zapico en sus viñetas y en el texto. Hay algo en la forma de dibujar de Zapico más próxima al tebeo que quizás al comic actual, pero su sensibilidad gráfica y literaria no nos permiten engañarnos. Aquí hay una historia digna de ser contada y se va a contar con todo el rigor que sea necesario, pero sin renegar a las licencias literarias. El niño bien enfermo, la criada enamoradiza, pero con las ideas claras. El padre de ella, honesto y capaz de percibir la brutalidad del mundo en el que habita. El padre de él, un hombre al que preocupa más su fortuna y su estatus que otra cosa y que utilizará todas las herramientas, justas o injustas, para alcanzar sus objetivos. Los hombres de ideas: socialistas, anarquistas… concienciados, pero con sus zonas grises. El modo de vida de una época, dura, ruda, con sus claros y sus sombras. Y la conciencia clara de que tan sólo la lucha permitirá redimirse o quizás perder las últimas zonas de equilibrio.

Solo hay un defecto en este comic… que todavía tendremos que esperar para disfrutar del segundo tomo, pendiente de publicación.