domingo, octubre 09, 2011

El regreso del cantor


Cuentan quienes lo saben que son periódicas las visitas de Rafael Amor a Bilbao. Parece que es así, pero yo no había tenido la oportunidad de escucharlo hasta el pasado viernes en la sala Bilbo Rock.

No soy muy ducho en este género, ni conozco en profundidad la obra de Rafael Amor, aunque este lleve cantando desde hace décadas, y sin embargo he de decir que su concierto del pasado viernes estuve repleto de momentos pequeños, íntimos y vibrantes; también brillantes. Momentos que se repitieron en sus canciones más rebeldes, cual vibrantes himnos (No me llames extranjero, Independencia, Yo seré tu compañero) y también en las canciones más intimistas.

Me encontré a un Rafael al que en algún momento le fallaba la garganta, no curiosamente en los tonos más altos, ni cuando su chorro de voz se disparaba; pero sí en aquellos momentos en que pretendía cantar más suavecito, como el diría. Y aún así dio sobradas muestras de su calidad, de su saber cantar y su saber tocar, sólo acompañado con su guitarra; y unicamente en un par de ocasiones con los coros de su hijo Salvador, a quien también dejo que interpretara un par de temas en solitario (Versión de Mikel Laboa incluida).

El público variopinto en imagen y edades creo que disfrutó. Y lo hizo tanto con las canciones más rebeldes, como en las más sentimentales. Y también disfruto de su peculiar sentido del humor y las anécdotas y chistes con los que entretuvo al personal entre canción y canción como si de entremeses de un vodevil se tratara. Y probablemente también con esa preciosa canción dedicada al Bilbao más real y al parecer todavía inédita.

En definitiva un concierto honesto y cercano de este cantor argentino establecido hace décadas en la Península, que a mi entender no desmerece la tradición de Jara, Yupanqui y tantos otros.

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