domingo, noviembre 15, 2009

Krugman


Este año el premio Nobel de economía recayó en el economista estadounidense Paul Krugman. Krugman es visto por algunos en su país como un peligroso izquierdista, aunque a lo sumo y razonablemente podríamos calificarlo como un liberal, en el mejor sentido de la palabra, con dos dedos de frente.

Días atrás cayó en mis manos uno de sus artículos titulado “China va a su aire”, en el que se resaltaba esta frase literal. “En épocas normales, yo sería uno de los primeros en negar las afirmaciones de que China está robando los puestos de trabajo de otra gente, pero ahora mismo es la pura verdad”.

Por fín, me dije, una firma prestigiosa va a denunciar la criminal política laboral china basada en la explotación inmisericorde de su población para tirar los costes y reducir consiguientemente los precios. Política realizada para más inri en nombre del Comunismo.

Mi gozo en un pozo. La crítica de Krugman se debía a la política monetaria china de mantener su moneda vinculada al dólar y en devaluación continua. Visto está que para que te den el Nobel no te puedes preocupar de la situación de los trabajadores. Por muy izquierdista que parezcas.

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