Entre todos los componentes de la exitosa escena del comic
español actual, merece una mención especial Alfonso Zapico. No quiero decir con
esto que sea el mejor, pues sería absurdo entrar en una clasificación de este tipo, pero sí que junto a otros compañeros suyos como Paco Roca ha
colocado el comic de nuevo en el punto de vista del público. Y lo han hecho
además presentado historias claramente comprometidas con la sociedad de su
tiempo. Pero también con la recuperación de la memoria.
Si por ejemplo Roca lo hizo con la extraordinaria Los surcos
del azar, Alfonso Zapico se ha comprometido en La balada del Norte con llevar
al comic la sorprendente epopeya de la Revolución Asturiana de 1934.
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No es de extrañar. Como bien desarrolla Zapico en su obra,
en la Asturias de 1934 confluyeron diversos hechos que venían arrastrando a la
clase trabajadora asturiana al punto álgido de creer que estaban preparados
para desarrollar un movimiento revolucionario. Contaban con algunos hechos a su
favor como ser capaces de establecer un Alianza Obrera general que no se logró
en ningún otro lugar del Estado y que vino a plasmarse en unas siglas (U.H.P.)
que imagino todavía conmoverán a quien se acerque a esta historia.
Pero los grandes hechos que caracterizaron al movimiento
revolucionario de Asturias no surgió de la nada y la génesis se plasma en este
primer tomo de La balada del Norte. Desde el breve prólogo de Enric González
todo es interesante y conmovedor en las 226 páginas de este primer tomo editado
a todo lujo por Astiberri.
El mundo gris de los valles de la zona minera se traslada a
la atmosfera que tan bellamente ha plasmado Zapico en sus viñetas y en el
texto. Hay algo en la forma de dibujar de Zapico más próxima al tebeo que quizás
al comic actual, pero su sensibilidad gráfica y literaria no nos permiten
engañarnos. Aquí hay una historia digna de ser contada y se va a contar con todo
el rigor que sea necesario, pero sin renegar a las licencias literarias. El
niño bien enfermo, la criada enamoradiza, pero con las ideas claras. El padre de
ella, honesto y capaz de percibir la brutalidad del mundo en el que habita. El padre
de él, un hombre al que preocupa más su fortuna y su estatus que otra cosa y
que utilizará todas las herramientas, justas o injustas, para alcanzar sus
objetivos. Los hombres de ideas: socialistas, anarquistas… concienciados, pero
con sus zonas grises. El modo de vida de una época, dura, ruda, con sus claros
y sus sombras. Y la conciencia clara de que tan sólo la lucha permitirá
redimirse o quizás perder las últimas zonas de equilibrio.
Solo hay un defecto en este comic… que todavía tendremos que
esperar para disfrutar del segundo tomo, pendiente de publicación.
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